
A lo lejos veo algo atractivo que me llama la atención. Trato de acercarme ya que la sugestión es evidente, a la distancia me gusta lo que veo. Lamentablemente no esta a mi alcance inmediato ya que debo esquivar un grupo de troncos cortados en fila india de una altura de casi un metro pintados de negro íntegramente y alineados formando una especie de muro que separa aquello que me atrajo simplemente al mirar de reojo.
A media que me acerco lentamente, sin apuro, sin prisa y en un absoluto silencio llego a la conclusión de que ha sido una buena idea. No soy de los acostumbran dejar pasar las oportunidades y tomo iniciativas, por ello sigo lento pero seguro tratando de disfrutar lo que distingo a la lejanía, aparentando indiferencia.
- De la prisa queda el cansancio, pienso.
Tiempo me sobra efectivamente. He estado toda la mañana deambulando, viendo a mi alrededor, observando como se comporta las personas, su interacción, tratando escuchar sus conversaciones al respecto, las conclusiones a las que llegan y yo generando las mías. Este proceso considero que debe ser disfrutado y asimilado; de allí lo particular y misterioso del mismo. No todos llegan a una opinión en común, la diversidad de conceptos es lo recurrente.
Hacia donde me dirijo no hay nadie a pesar de que ella se encuentra en el medio de todo el espacio, cerca de la entrada. La gente sigue ingresando a la sala por cierto.
- Que raro, será que nadie la ha visto. Continuo pensando
Antes de llegar me surge la duda y tomo una decisión.
- Déjame ojearla bien para poder analizar mejor y no meter la pata con un comentario incoherente, no apropiado. Reflexione
Me siento un rato en un banco solitario cercano a ella. Saco del estuche mi cámara fotográfica Canon Rebel XT del tipo SLR que hasta ese momento no la había usado (a pesar que había tenido las oportunidades previas de capturar imágenes buenas) y a escondidas sin que se den cuenta le tomo una primera foto. Quiero ver si la imagen que capturo es igual a lo que veo en vivo.
- ¿Quizás no es fotogénica?. Especulo para mi consumo.
Al ver el pobre resultado por el enfoque automático de la cámara decido tomarle otra manualmente ajustando la velocidad de obturador, la apertura, el ISO y sobretodo el balance de blanco de Auto a Tungsteno. La calidad mejora de forma considerable ahora si parece lo que se ve en realidad.
En ese momento mi novia se acerca a donde estoy. Me ha observado desde que esquive los troncos “apresuradamente” según su percepción y justo ahora me ve en ese banco como aquella famosa escultura de bronce de Auguste Rodin “El Pensador” (en realidad la denominó: Dante Pensando) que muestra a un hombre maquinando delante de las puertas del infierno. Su intuición y sexto sentido le dice que estoy tramando algo y que debe actuar urgentemente. Cuaima al final de todo.
Se me acerca sigilosamente mientras yo sigo concentrado en las comparaciones entre la realidad y la foto que tome. Entiendo que la diferencia radica en la luz y en el reflejo. Las características del sitio no permiten mejorar lo que estoy captando por ello trato de buscar otro ángulo. Quizás así logre que la imagen que ajuste más al natural, que la represente tal cual como es, como se lo merece.
De repente Tahira me dice en un tono que evoca carácter:
- ¿Que coño estas haciendo?.
- Perdón, sorprendido por el comentario, no lo esperaba y menos en ese tono.
- Te repito, que carajo estas haciendo. Confirmando lo que escuche inicialmente
- ¿Yo?, dude un segundo nada... Pausa, estoy tomando una foto solamente.
- Y desde cuando tu tomando este tipo de fotos. Lo tuyo son paisajes, exteriores. Estas en algo!!
- Tienes razón, pero en algún momento debo experimentar otros estilos, usar otros modelos.
- ¿Modelos? Pensé que yo era tu exclusivo modelo.
- ¿No entiendo, me perdí?. Haciéndome el loco.
- Hayy Pacheco, tas’ sospechoso. ¿En que andas?.
- Reina, solamente le quiero tomar una foto a aquello. Con flojera apunte con el dedo hacia mi objetivo aunque ya que me parecía sin sentido la preguntadera. No joda, que ladilla!.
- Fotos a la muchacha de faldita roja?. Replico
- No, Tajante respondo, a la pintura que esta observando la chica, al cuadro azul.
- Y eso para que.
- Me llamo la atención su composición, la mezcla de colores. Pero ahora que estoy aquí viéndola, su titulo más aun.
- Y como se llama?
- Oigo la paja perdida agarrada de las piedras. Afirme aun asombrado del hecho de que a alguien tuviera el ingenio para lograr armar esa clase de titulo. Definitivamente hay que ser un artista para ello.
La pintura en cuestión es del maestro Manuel Espinoza (1937) nacido en el Estado Guarico data de 1985. Dentro de su perfil se puede resaltar que es nombrado director de la Galería de Arte Nacional (GAN) en 1976, institución museística creada ese mismo año según proyecto elaborado por Miguel Otero Silva, Alejandro Otero y él. En 1986 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas.
Esta obra forma parte de la colección del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas y se encuentra destaca en la exposición montada en el Museo de Bellas Artes llamada Campos de Color en la sección de dedicada a las que tienen predominancia en azul. Este montaje cubre dos pisos del mencionado museo abarcando de una forma heterogénea debido a su diversidad en el tipo de obras que incluyen fotos, esculturas, grabados y cuadros, donde los colores son fundamentales para la clasificación.
En la composición de Oigo la paja perdida agarrada de las piedras destaca una mezcla de colores primarios llamativos destacando el azul representando una especie de río pero también se encuentra el rojo ¿será la paja del nombre?, el verde que vendría siendo la grama y detalles de marrón en donde se asume que es la tierra. Los colores son muy brillantes, resaltantes y eso es uno de los atractivos de la pintura.
En el fondo es un retrato abstracto con un nombre más surrealista aún. Bajo mi criterio estimo que los pintores son los artistas más ingeniosos al momento de titular sus creaciones así no tengan nada que ver con la imagen que proyectan y de allí parte de su éxito. Es ese nombre que se queda grabado en tu subconsciente al estar acompañado de un cuadro único, interesante e impactante.
Nota: A Paulo Coelho tengo que darle las gracias por ayudarme de forma indirecta a seleccionar el nombre de este escrito aunque no tenga nada que ver con la historia corta de su más reciente libro que también se titula así.
A media que me acerco lentamente, sin apuro, sin prisa y en un absoluto silencio llego a la conclusión de que ha sido una buena idea. No soy de los acostumbran dejar pasar las oportunidades y tomo iniciativas, por ello sigo lento pero seguro tratando de disfrutar lo que distingo a la lejanía, aparentando indiferencia.
- De la prisa queda el cansancio, pienso.
Tiempo me sobra efectivamente. He estado toda la mañana deambulando, viendo a mi alrededor, observando como se comporta las personas, su interacción, tratando escuchar sus conversaciones al respecto, las conclusiones a las que llegan y yo generando las mías. Este proceso considero que debe ser disfrutado y asimilado; de allí lo particular y misterioso del mismo. No todos llegan a una opinión en común, la diversidad de conceptos es lo recurrente.
Hacia donde me dirijo no hay nadie a pesar de que ella se encuentra en el medio de todo el espacio, cerca de la entrada. La gente sigue ingresando a la sala por cierto.
- Que raro, será que nadie la ha visto. Continuo pensando
Antes de llegar me surge la duda y tomo una decisión.
- Déjame ojearla bien para poder analizar mejor y no meter la pata con un comentario incoherente, no apropiado. Reflexione
Me siento un rato en un banco solitario cercano a ella. Saco del estuche mi cámara fotográfica Canon Rebel XT del tipo SLR que hasta ese momento no la había usado (a pesar que había tenido las oportunidades previas de capturar imágenes buenas) y a escondidas sin que se den cuenta le tomo una primera foto. Quiero ver si la imagen que capturo es igual a lo que veo en vivo.
- ¿Quizás no es fotogénica?. Especulo para mi consumo.
Al ver el pobre resultado por el enfoque automático de la cámara decido tomarle otra manualmente ajustando la velocidad de obturador, la apertura, el ISO y sobretodo el balance de blanco de Auto a Tungsteno. La calidad mejora de forma considerable ahora si parece lo que se ve en realidad.
En ese momento mi novia se acerca a donde estoy. Me ha observado desde que esquive los troncos “apresuradamente” según su percepción y justo ahora me ve en ese banco como aquella famosa escultura de bronce de Auguste Rodin “El Pensador” (en realidad la denominó: Dante Pensando) que muestra a un hombre maquinando delante de las puertas del infierno. Su intuición y sexto sentido le dice que estoy tramando algo y que debe actuar urgentemente. Cuaima al final de todo.
Se me acerca sigilosamente mientras yo sigo concentrado en las comparaciones entre la realidad y la foto que tome. Entiendo que la diferencia radica en la luz y en el reflejo. Las características del sitio no permiten mejorar lo que estoy captando por ello trato de buscar otro ángulo. Quizás así logre que la imagen que ajuste más al natural, que la represente tal cual como es, como se lo merece.
De repente Tahira me dice en un tono que evoca carácter:
- ¿Que coño estas haciendo?.
- Perdón, sorprendido por el comentario, no lo esperaba y menos en ese tono.
- Te repito, que carajo estas haciendo. Confirmando lo que escuche inicialmente
- ¿Yo?, dude un segundo nada... Pausa, estoy tomando una foto solamente.
- Y desde cuando tu tomando este tipo de fotos. Lo tuyo son paisajes, exteriores. Estas en algo!!
- Tienes razón, pero en algún momento debo experimentar otros estilos, usar otros modelos.
- ¿Modelos? Pensé que yo era tu exclusivo modelo.
- ¿No entiendo, me perdí?. Haciéndome el loco.
- Hayy Pacheco, tas’ sospechoso. ¿En que andas?.
- Reina, solamente le quiero tomar una foto a aquello. Con flojera apunte con el dedo hacia mi objetivo aunque ya que me parecía sin sentido la preguntadera. No joda, que ladilla!.
- Fotos a la muchacha de faldita roja?. Replico
- No, Tajante respondo, a la pintura que esta observando la chica, al cuadro azul.
- Y eso para que.
- Me llamo la atención su composición, la mezcla de colores. Pero ahora que estoy aquí viéndola, su titulo más aun.
- Y como se llama?
- Oigo la paja perdida agarrada de las piedras. Afirme aun asombrado del hecho de que a alguien tuviera el ingenio para lograr armar esa clase de titulo. Definitivamente hay que ser un artista para ello.
La pintura en cuestión es del maestro Manuel Espinoza (1937) nacido en el Estado Guarico data de 1985. Dentro de su perfil se puede resaltar que es nombrado director de la Galería de Arte Nacional (GAN) en 1976, institución museística creada ese mismo año según proyecto elaborado por Miguel Otero Silva, Alejandro Otero y él. En 1986 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas.
Esta obra forma parte de la colección del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas y se encuentra destaca en la exposición montada en el Museo de Bellas Artes llamada Campos de Color en la sección de dedicada a las que tienen predominancia en azul. Este montaje cubre dos pisos del mencionado museo abarcando de una forma heterogénea debido a su diversidad en el tipo de obras que incluyen fotos, esculturas, grabados y cuadros, donde los colores son fundamentales para la clasificación.
En la composición de Oigo la paja perdida agarrada de las piedras destaca una mezcla de colores primarios llamativos destacando el azul representando una especie de río pero también se encuentra el rojo ¿será la paja del nombre?, el verde que vendría siendo la grama y detalles de marrón en donde se asume que es la tierra. Los colores son muy brillantes, resaltantes y eso es uno de los atractivos de la pintura.
En el fondo es un retrato abstracto con un nombre más surrealista aún. Bajo mi criterio estimo que los pintores son los artistas más ingeniosos al momento de titular sus creaciones así no tengan nada que ver con la imagen que proyectan y de allí parte de su éxito. Es ese nombre que se queda grabado en tu subconsciente al estar acompañado de un cuadro único, interesante e impactante.
Nota: A Paulo Coelho tengo que darle las gracias por ayudarme de forma indirecta a seleccionar el nombre de este escrito aunque no tenga nada que ver con la historia corta de su más reciente libro que también se titula así.