Durante una reunión de puras chicas le preguntaron sus amigas si aun permanecía virgen. Su respuesta fue afirmativa y todas se sorprendieron debido a que a esa edad ya este hecho lo debía haber consumado. A esos tardíos 30 años es casi imposible conseguir alguna chica que guarde ese estatus, esa condición, esa virtud.
Había tenido conatos de encuentros que no culminaron apropiadamente por diferentes circunstancias y acontecimientos; pero en resumidas cuentas no había conseguido la mezcla perfecta entre pareja, lugar y momento para que se diera la deseada situación.
Para contrarestar el hecho de no tener una pareja que le diera placer sexual hasta ahora, logro descubrir que podía reemplazar el miembro erecto masculino por sus hábiles dedos y luego por otros juguetes que le sugirieron sus amigas en una despedida de soltera. Esos artículos los compró en una tienda de objetos sexuales cerca de su trabajo a donde fue a curiosear un día después de almorzar. Adquirió luego de revisar por un buen tiempo un dildo de tamaño decente-principiante con sus respectivos aceites lubricantes.
Una vez en su casa sola en su habitación, vió una película que la hizo humederse intensamente y decidió probar sus nuevas adquisiciones. Comenzó a tocarse lentamente con los dedos previamente lubricados la zona del clítoris y los labios que iban calentándose a medida que los movimientos iban en aumento de intensidad. Luego procedió a metérselos dentro de la cavidad vaginal poco a poco de forma rítmica y cada vez más profunda. Lo acompaño con movimientos de caderas y muslos logrando que al pasar cierto tiempo aumentara el placer de forma exponencial. A los minutos decidió agarrar el Dildo que permanecía nuevo de paquete y sin estrenar en la mesa de noche y lo froto contra su clítoris acostumbrándose a la sensación de este objeto. Al darse cuenta que la experiencia le era agradable emprendió la labor de introducirlo lentamente en su orificio reemplazando en la actividad a los dedos que usaba anteriormente tras la búsqueda de ese orgasmo tan ansiado que a los minutos consiguió.
De esa forma fue experimentando nuevas sensaciones que le ayudaban a consolar la poca fortuna de no concretar la perdida de la virginidad. Sobretodo entendiendo que la gran mayoría de sus amigas tenían relaciones formales con sus parejas de varios meses y años inclusive, en donde la sexualidad era la base fundamental. Ir a la playa a casa de un compañero de trabajo significaba el tener que ir sola o con una amiga, culminando con tener que escuchar en la noche los gemidos de disfrute en los encuentros amorosos de las parejas asistentes. No le quedaba otra que proceder a tocarse entre las sabanas de forma furtiva. Descargaba la molestia que le ocasionaba la soledad con la forma en que se acariciaba el clítoris con las yemas de los dedos a ritmo constante y placentera durante unos veinte minutos sin pausa. Eso lo hacía boca abajo y en silencio para disimular el proceso en caso de tener que compartir el cuarto con alguien más.
Con el paso del tiempo confirmó que el problema no era físico ya que era bella comparada con otras mujeres al momento de salir de fiesta y tener que disputar los pocos galanes heterosexuales disponibles en el mercado. La ayudaban su 1,70 metros de altura, 60 kilos bien distribuidos y las medidas 90-70-85. Con pechos naturales pero firmes que daban la impresión de estar operada cuando usaba push-up. El cabello negro liso combinaba con las facciones estilo barbie. En su hermosa sonrisa destacaban sus dientes reparados a través de la ortodoncia que logro pagarse por medio de sus ingresos como ejecutiva de ventas en una transnacional de tecnología.
Reflexionó que tenia que usar una estrategia más agresiva cuando consiguiera ese candidato ideal. Eso ayudaría a dejar esa etapa que a la edad en que se encontraba pareciera más un dilema que un atributo. Llegar virgen al matrimonio nunca fue una opción que consideró valedera.
Fue por eso que luego de analizar concienzudamente durante varios días decidió darse un plazo de una semana para ubicar ese afortunado y consumar el hecho. Las opciones de pareja no eran muchas pero tenía que ser alguien a quien conociera previamente y que le gustara. Ese fue el factor que facilito la selección de ese muchacho conocido por medio de su mejor amiga. Inicialmente ella se lo había recomendado pero por mojigata nunca logró concretar una salida y él no la vió muy atractiva ya que era ese período antes de la ortodoncia. Lo que más le gustaba de él era su forma extrovertida y aventurera opuesta a su forma más tranquila y segura de ver la vida. También la atraía la forma en que le quedaban los pantalones por detrás y por delante, fijándose mucho en su entrepierna y usando esa imagen cuando se masturbaba entre las sabanas.
Tomó el valor de invitarlo para la playa comprando para estrenar ese día un bikini semi-hilo blanco con ballenas que nunca fue capaz de adquirirlo anteriormente ya que pensaba que esos modelos solamente lo usaban las mujeres fáciles o regaladas. Asimismo sugirió que compraran vodka con jugo de naranja.
No obstante, el plan de él consistía en pasar ese día de playa con ella, ya que ahora le atraía un poco más y si surgía algún indicio de que podía pasar algo usaría el apartamento de playa que tiene su familia.
Llegaron temprano para conseguir un puesto bueno al frente de la playa en donde pudieran amenizar con el más reciente repertorio de reggeaton playero y arrancó el desfile de tragos. A final de la mañana ya estaban dándose los besos dentro del mar. Ella sintió la excitación de él por medio de su miembro erecto que le rozaba en su zona genital. Él lo hizo a propósito para ver su reacción y al ver que era positiva siguió con esos movimientos lentos pero invisibles al resto de la gente, por estar en una zona profunda del mar. Trató de quitarle la parte de abajo del traje de baño para penetrarla allí mismo, pero ella no se dejó. Así no lo quería, pensó. Si iba a ocurrir que fuera en un sitio más privado.
Al regresar a la arena se inició el tradicional aplique de bronceador en el cuerpo, enfocándose más en la parte interior de sus muslos y en las nalgas. La idea era calentarla al máximo. Ella se dejó ya que le gustó la manera precisa de su técnica acompañada de sus besos apasionados. Los tragos seguían fluyendo.
En el momento que ella menos se lo esperaba llegó la propuesta.
- Vamos a mi apartamento a quitarnos la arena. Sugirió él.
Ella sabía que si aceptaba todo podía ocurrir. No dudo en decir que si. Lo besó profundamente y arrancaron a toda prisa ya que ambos seguían calientes en vista de todo lo que se habían acariciado hasta ese momento. Al llegar al apartamento fueron directo al baño entre más besos y caricias. En un instante dudó de decirle que era virgen para no arruinarlo todo y se dejó llevar. El traje de baño cayó en el piso de la ducha mientras el agua mezcla de fría y caliente los envolvía a ambos. Ya su short e interior habían desaparecido mágicamente antes de entrar a la ducha y procedió a frotar su genital que estaba a punto de explotar de la erección contra su vagina humeda. Al mismo tiempo le besaba sus pechos paraditos y le frotaba esas nalgas pequeñas pero libre de tiros y celulitis. La penetración era inminente y para ello la colocó de espalda contra la pared de la regadera. El agua le caída directamente en su cara y se regaba en la espalda de ella. Le comenzó a besar la espalda, en el cuello y los lóbulos de la orejas. Su pene lo coloco entre sus nalgas y empezó a frotarlo repetidamente, a los segundos la penetro de una vez. Sintió un dolor profundo pero el placer de haber conseguido este acto finalmente fue mayor aún. Esa posición se mantuvo por unos minutos mientras aumentaba la velocidad de bombeo. Cuando comenzó a sentir que estaba a punto de acabar se lo saco y volteo a la chica y la empalmó por delante subiéndole un poco la pierna. Ella le gustó eso porque podía verlo a los ojos y darle la confianza de que estaba disfrutando lo que hacía. Después de un rato ambos acabaron placenteramente y procedieron a sacarse finalmente el agua salada.
Al llegar al cuarto el proceso continuó con una penetración estilo misionero y posteriormente en cuatro. La larga espera había culminado y de una forma satisfactoria. La duda a generarse posteriormente sobre si la relación podrá mantenerse en el tiempo, la dejaría para la mañana siguiente. Esa noche no se molestaría pensando en eso, prefería dormir abrazada y sintiéndose liberada.
Thursday, December 6, 2007
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